martes, 16 de abril de 2013

LOS ROMANOS Y SU ASPECTO FÍSICO

La preocupación masculina por el aspecto físico no es exclusiva de nuestros días, ya los patricios romanos se depilaban, usaban ungüentos y perfumes y tenían una gran preocupación por disimular su calvicie usando adornos para disimularla o poniéndose pelucas.

CAYO JULIO CÉSAR
 El propio Julio César se depilaba y estaba muy preocupado por su calvicie, hasta el punto de no quitarse la corona de laurel porque disimulaba su alopecia  o de peinarse de atrás hacia delante. Se cuenta que, tras vencer a Vercingetorix, jefe de los galos, se hizo una peluca con su cabellera.

César seguía los dictados de la moda de su época y se rasuraba la barba , en épocas posteriores era normal llevar barba y el pelo largo. La calvicie era un problema muy común entre los romanos, el emperador Tiberio solía llevar también una corona de laurel para disimular su calvicie. Domiciano solía llevar pelucas y exigía que los artistas oficiales lo representaran con una melena leonina.
Tenían recetas contra la alopecia como la que se basaba en el uso de una infusión de pino, azafrán, pimienta, vinagre, laserpicio que tomaban junto con excrementos de ratón después de haberse frotado la calva con sosa. Otra receta para evitar la caída del cabello eran las friegas con manteca de oso, o la cocción de vino y aceite de semillas de apio y culantrillo.

No sólo el pelo les preocupaba, había muchos hombres que se maquillaban y cuidaban su cuerpo con baños y masajes, la higiene era muy importante para los romanos y para ello utilizaban  a menudo las termas donde no sólo usaban los baños sino también los masajes, las saunas y servicios de peluquería. Algunos hombres incluso se teñían el pelo, práctica más corriente entre las mujeres. Las peluquerías masculinas o barberías también estaban fuera de las termas, el tonsor se encargaba de cortar el pelo, la barba y afeitar.
Para la depilación usaban pasta de resina,  piedra pómez o ceniza caliente de cáscara de nuez . Como desodorantes usaban  compuestos hechos con alumbre, lirios y  pétalos de rosas. Con la expansión del imperio importaban perfumes y ungüentos de Oriente.

HELIOGÁBALO
Según Dión Casio, el emperador Heliogábalo se pintaba los ojos, se depilaba y lucía pelucas. En su proclamación apareció con los labios pintados y adornado con collares de perlas, pulseras de esmeraldas y una diadema de diamantes.

Fuentes:  -Juan Eslava Galán, Roma de los Césares.
                - Amparo Arroyo de la Fuente, Vida cotidiana en la Roma de los Césares.
                - Jerome Carcopino, La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio.
                - arquehistoria.com

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