La eterna pregunta de ¿para qué sirve el Latín? no demuestra sino la supina ignorancia de quien la formula, y los que nos dedicamos a enseñarlo y amamos la lengua en sí que ya es preciosa sin necesidad de que se tenga que demostrar nada más, andamos continuamente justificando sus múltiples utilidades, a saber: que si sirve para transmitir la cultura de la que procedemos, que si fue el vehículo transmisor de gran parte del conocimiento humanístico y científico hasta hace muy poco, que si es la lengua oficial del Vaticano, que si aumenta nuestra riqueza léxica y que nos allana el aprendizaje de cualquier otra lengua románica o no, que si nos ayuda a desarrollar el pensamiento lógico y estructura nuestra mente y un largo etcétera ( por cierto vocablo latino) que nos hastía hasta el infinito. ¿Acaso es necesario justificar para qué sirve una pieza musical o cualquier obra de arte? Pues el Latín, que sirve para muchas cosas, tendría su razón de ser y de existir simplemente porque es una obra de arte en sí misma.
Para ilustrar esto os dejo más justificaciones de la utilidad del Latín
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